La desorientación de la
oposición argentina no tiene límites. Muchas veces vemos el reflejo de los
medios de comunicación hegemónicos en los partidos políticos que integran la
oposición, o lo que es lo mismo, el anti-kirchnerismo, y, lamentablemente, nunca
a la inversa. Hemos escuchado durante los últimos días comparaciones
inconmensurables, anacrónicas y, por sobre todo, desmedidas y falaces. Con
argumentos claramente antidemocráticos, ponen en tela de juicio el sistema
representativo. A ver si queda claro, los partidos políticos argentinos atacan
a la democracia por el solo hecho de no poder triunfar en los comicios. Por
esto, comparan al kirchnerismo con el nazismo. Hay algo para decir al respecto?
Es cuestión de agarrar un libro de historia, y ver que el nazismo no ganó
ninguna elección hasta que Hitler fue designado Canciller por el Presidente
Hindenburg. Una vez allí, tuvo que arrestar a legisladores de izquierda
alegando la posibilidad de una futura toma del poder por este sector, para
poder hacerse del poder político de Alemania, no respetando derechos ni fueros.
Ahora, la crítica es otra. Y lo que es sorprendente, desde el otro lado del
espectro político. Ahora el problema de la República Argentina
es el congelamiento de los precios de los productos de primera necesidad. Una
de las grandes críticas de la oposición era la imposibilidad del Gobierno
Nacional de poder controlar la inflación. Muchos quieren hacer creer que este
problema es causada por el estado, como si fuera el responsable de tal flagelo.
No hablan de los monopolios y oligopolios del sector alimenticio, los cuales
son los verdaderos formadores de precios. Ahora bien, cuando el oficialismo
toma una medida para evitar el aumento del precio de las mercancías, a saber,
acordando desde la
Secretaria de Comercio Interior con supermercadistas y
productores, impulsando un congelamiento de precios desde el primero de febrero
hasta el 30 de mayo, y desde esa fecha en adelante, fijando el precio de 500
productos de primera necesidad, salen a criticar la medida, alegando que están
venezonalizando la economía. Argumentan que con el control de precios se quiere
llevar al estado al socialismo, o lo que confunden, a un estado comunista (lo
que es un oxímoron, algo inexistente). Entonces, lo que podemos apreciar, es
que sin importar lo que haga el Gobierno Nacional en materia económica, la
crítica hay que darla por descontada. No es posible comparar al kirchnerismo
con el nazismo y con el socialismo al mismo tiempo. Algo esta fallando, la
oposición se está convirtiendo en la hacedora de un relato incoherente, sin
fundamentos, que intenta atemorizar a la sociedad. Pero los atemorizados son
otros, pero no por estar frente a una dictadura, sino atemorizados en sufrir
nuevamente una derrota electoral en las próximas elecciones intermedias. Nada
malo puede surgir de una democracia popular, transparente, inclusiva y abierta
a todos los países del mundo.
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